Día 4
Hacia Bistrita
En Maramures, la madera, elaboradamente tallada, se sigue usando mucho para la construcción, y, aún más, para puertas intrincadas. Además, todos los pueblos de la zona tienen sus respectivas iglesias de madera. En uno de estos pueblos, fuera del trayecto común de los visitantes, se encuentra una tal iglesia, ya en desuso (así que puedes explorarle todos los rincones). Debido a su ubicación, está practicamente desconocida, a pesar de que la pintura interior en estilo naif (que tiene ya casi 300 años) es aún remarcablemente vívida. A poca distancia, el sorprendente complejo arquitectónico del Monasterio Barsana, rodeado por un valle idílico, es un perfecto ejemplo reciente de este estilo de construcción. La torre de la iglesia, impresionante por su altura, vigila a las monjas esparcidas aquí y allá, dobladas sobre los macizos de flores, que siempre están en perfecto orden. A poca distancia de allí, no te pierdas la iglesia de Ieud. Según algunos historiadores, esta joya del arte religioso sobrevivió en la cima de su pequeña colina, por más de 600 años, tanto a las invasiones de los nómadas, como a las inclemencias del tiempo. Deja atrás las tierras encantadas de Maramures, siguiendo un trayecto a través de pueblos, ríos y valles verdes, circundadas por montañas. El día acaba en la ciudad de Bistrita, con un paseo por el pequeño, pero encantador, centro peatonal.
Iglesia antigua de madera, con pintura naif;Complejo arquitectónico de Barsana;La iglesia de madera más antigua de Maramures, Ieud.
DESTACA :
Visita del convento de cuento, Barsana